viernes, 31 de octubre de 2014

CONSECUENCIAS DE UNA MALA RESPIRACIÓN

Falta de oxigenación adecuada del corazón y los pulmones:  conlleva fatiga, sensación de ahogo, atrofia de los músculos, etc.
Ansiedad, estrés, ataques de pánico.











 

Depresión, cambios de estados de ánimo

Trastornos digestivos y gastrointestinales: Desde la hernia de hiato, reflujo, gases, estreñimiento, diarreas, úlcera, etc.

Aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares: Seguro que alguna vez has oído que las personas que tienen un estrés excesivo y no saben controlarlo tienen más probabilidades de tener un infarto… y respirar te ayuda a controlar el estrés. También hay veces que un ataque de ansiedad es confundido con un ataque cardiaco, y al llegar a urgencias y comprobar que todo está correcto, al paciente le dicen que debe relajarse y no hiperventilar al respirar.

Debilitamiento del sistema inmunitario: Por consiguiente empeoramiento de todo tipo de enfermedades. Y es que todo está relacionado, cuando respiras bien, tu cuerpo funciona como una máquina bien engrasada y ventilada.

Disminución del rendimiento deportivo: Cansancio, fatiga, falta de recuperación, dificultad para ganar masa muscular, asma inducida por esfuerzo, etc.
Por ese motivo, los médicos y expertos recomiendan trabajar la técnica de la respiración a la hora de intentar mejorar y mantener nuestra calidad de vida.

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